Cuchillete de Beaver, marca L. Mathieu, con mango de marfil.
Este material, como tantos otros, sólo se podía esterilizar con alcohol o con pastillas de formalina.
Evidentemente los criterios de esterilización de la primera mitad del siglo XX eran mucho más laxos. La aparición del VIH marcó un antes y un después.