Aunque las primeras noticias de la invención de los “anteojos” nos llegan de la Italia del S.XIII, también sabemos de civilizaciones anteriores que utilizaban cristales e incluso piedras preciosas para la corrección de defectos refractivos.
Y es que tener una buena calidad de vida, ha ido siempre asociada a tener una buena visión.
Desde que se desarrolló la técnica de tallar el vidrio y adecuarlo a las necesidades visuales de la población, podemos decir que se dio un importante salto adelante en facilitar la vida y la actividad cotidiana de los sectores afectados por estos defectos, que como sabemos y por culpa de la presbicia, a partir de una cierta edad afectan al 100% de los ciudadanos.
No de todos claro, porque el tallado del vidrio era una actividad artesanal refinada y el precio no estaba al alcance del pueblo llano.
Por eso, a través del arte, hemos ido viendo la evolución de las correcciones ópticas en las representaciones pictóricas de reyes, artistas, comerciantes y personajes relevantes de las diferentes etapas de la historia. Hemos ido viendo el paso de monóculos, antiparras, quevedos y toscas gafas construidas con los más diversos materiales, hasta llegar a nuestras modernas gafas multifocales con monturas livianas y cristales de sofisticados plásticos cada vez más ligeros.
Hasta en las lentes de contacto de aparición tan reciente, hemos asistido a cambios revolucionarios en sus materiales, y en su adaptación.
La óptica en todos sus ámbitos, sigue teniendo una enorme importancia en nuestras vidas, como complemento además de nuestra labor terapéutica como oftalmólogos y por eso le dedicamos una Sección en nuestro Desván.
Cada pieza individual contiene un espacio dónde conversar.
Debate con nosotros el contexto e historia de las piezas para arrojar juntos sentido sobre su origen.