En 1998, la llegada del LEGACY de Alcon, significó el comienzo de la era de las facoemulsificaciones fiables y seguras en el Hospital General y Clínico de Tenerife. Fue el final de la transición desde la intracapsular a la extracapsular y la llegada y posterior optimización a la facoemulsificación. Los que vivimos esa época, sabemos lo difícil que fue y cuantos compañeros se quedaron atrás.
Posteriormente el LEGACY fue sustituido por el INFINITY Alcon, igual de preciso y fiable, y años después, llego FACO-CENTURION Alcon, actualmente en uso. Conjuntamente con la evolución de los equipos, llegaron múltiples viscoelásticos que permitían la protección endotelial, una aceptable estanqueidad durante la fase de facoemulsificación y la expansión de la capsula en el momento de la introducción de la lente plegable. En la foto se muestran los viscoelástico de Alcon.
Estos equipos y la experiencia de los cirujanos han permitido convertir a la facoemulsificación en una técnica rápida, eficiente y precisa. Esta realidad ha contribuido a la creencia popular de que la cirugía de cataratas es como tomarse “un vaso de agua”. Esta falsa banalidad genera que los mismos hospitales incluyan cirugías de cataratas complejas dentro de las denominadas “peonadas” y que algunos cirujanos minimizan las complejidades y cuando se producen complicaciones, estas sean mal entendidas por los pacientes. La facoemulsificación es una técnica precisa, fiable y predecible basada en la experiencia del equipo quirúrgico y en una tecnología en constante evolución.